EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
…TEMO MÁS QUE TAL COSA NO SUCEDA
Por Ramón Durón Ruiz
H
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ay una historia llena de vida enseñada por
“Tim Archer, que nos habla de una profesora que fue enviada a enseñar a un
joven enfermo acerca de los sustantivos y verbos, ya que él no debía retrasar
su aprendizaje mientras estaba enfermo.
Cuando ella llegó allí, encontró que el
muchacho estaba realmente moribundo, y ella pensó que seguramente la última
cosa que él necesitaba era ser enseñado sobre los sustantivos y verbos, pero a
eso la enviaron, y entonces ella cumplió amorosa y eficientemente con su labor.
Después los doctores encontraron que el joven
empezó a mejorar, y estaban asombrados por su progreso. Ellos se habían rendido
porque su cuidado médico parecía incapaz de sanar su enfermedad. Después de que
él se recuperó, una enfermera le preguntó porque él había empezado a luchar
cuando parecía que se había rendido.
––Si la escuela hubiera pensado que yo
iba a morir –respondió el joven–, no habrían enviado
una maestra que me enseñara los sustantivos y los verbos.
La profesora no le dio sólo conocimiento de
sustantivos y verbos. Ella le dio dos elementos de vida: fe y esperanza.”1
El poder de la fe y la esperanza, tienen la virtud de abrir el corazón
y la mente a la vida y con ella a Dios, a entender que lo que viene es lo
mejor. Como por arte de magia fluyen de forma natural las bendiciones y los resultados
llegan a nuestra existencia.
Lo anterior lo traigo a estas líneas, debido a que la vida me
sorprendió la semana pasada, cuando ante cientos de personalidades, el Club de
Periodistas de México, A.C. presidido por Don Mario Méndez Acosta, Celeste Sáenz
de Miera y Aguilar, Mouris Salloum George y Uriel Rosas Martínez, dentro de la
edición XLII del Certamen Nacional e Internacional de Periodismo, me honró al
entregarme el Premio Nacional de Periodismo.
La fe y la esperanza son dos ruedas de un mismo carro, cuando desde lo
más íntimo de nuestra divinidad interior, plenos de humildad las hacemos propias,
nuestra vida se alinea con el cosmos entregándonos los logros más
inimaginables.
La fe y la esperanza, con su capacidad alquímica, logran trasformar los
dolores en los más sorprendentes milagros, nos ayudan a dejar atrás el síndrome
de la infelicidad, a no sobredimensionar los problemas, que para lo único que
sirven es para hacer más pesada la carga del camino.
La fe y la esperanza son elementales para atraer a nuestra vida la
gratitud, que es el camino de la armonía y la abundancia. Y así pleno de
humildad quiero agradecer a los directivos y al jurado calificador de tan
prestigiado Club de Periodistas de México, A.C., el haber honrado con tal
distinción a un viejo meritorio de la vida, como lo es este Filósofo.
La palabra gracias es un vocablo muy corto, –pero las palabras cortas
son poderosas: Dios, amor, fe, esperanza, gracias,– gracias está llena de la
magia del universo y cuando es expresada desde el fondo del alma, se vuelve un
vocablo extraordinario.
Por ello, hoy, desde el centro del corazón del viejo Filósofo, expreso
mi publica gratitud al Club de Periodistas de México A.C. por haber fijado sus
ojos en un aprendiz del oficio de escribir, que a esta edad tiene muy claro que
la vida no tiene límites, que hay que darse permiso de ir mar adentro y tener
sueños, porque como dijese William Shakespeare “Estamos
hechos de la misma materia que los sueños.”
Martín Gardner recuerda la afirmación de un científico: "Una
carcajada vale por diez mil silogismos".
Así mismo mi gratitud va para quienes desde 1974 tuvieron la confianza
en abrirme un espacio para escribir en El
Gráfico de Cd. Victoria, don Félix Acuña Caballero y mi sabio y querido
amigo don Lupe Díaz Jr.
Para concluir traigo a este espacio la siguiente anécdota:
“William Randolph Hearst le ofreció a uno de sus mejores columnistas,
Arthur Brisbane, un sabático de seis meses, con todos los gastos pagados en
reconocimiento por su labor desempeñada. Se sorprendió cuando Brisbane rehusó
el ofrecimiento, así que le preguntó la razón de su negativa.
El periodista respondió:
––“Primero que nada, temo que si me ausento durante seis meses baje la
circulación de su periódico. Y en segundo lugar… temo más que tal cosa no
suceda.”2
1Tomado de El
libro de las anécdotas de negocios, de Peter Hay. Editorial Diana, México,
1992
2http://corporacomm.blogspot.mx/2009/03/storytelling-una-anecdota-de.html#axzz2NZfUWloR.
filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook:
filosofoguemez/Twitter: @filosofoguemez
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