EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
¡¡¡NOS
CONTAGIAN A NOSOTROS!!!
Por Ramón Durón Ruiz
H
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ay una historia que
cuenta Mercé Conaglia que me parece cautivadora: “Se dice que era un mago del
arpa. En la llanura de Colombia no había ninguna fiesta sin él.
Para que la fiesta
fuese fiesta, Mesé Figueredo tenía que estar ahí con sus dedos bailadores que
alegraban los aires y alborotaban las piernas.
Una noche... de
camino a una boda, él encima de una mula, encima de la otra su arpa, cuando
unos ladrones se le echaron encima y lo molieron a palos. A la mañana siguiente
alguien lo encontró. Estaba tendido en el camino... más muerto que vivo. Y
entonces aquella piltrafa dijo con un hilo de voz:
––Se llevaron las
mulas... se llevaron el arpa –y tomando aliento, rió. ¡Pero no se han podido
llevar la música!”.1
La moraleja me sirve para decir que el Cardenal, Jorge Mario Bergoglio,
desde el pasado miércoles por la tarde a las 7 horas con 6 minutos hora local, es
el nuevo Papa Francisco, –en honor al patrono de los pobres San Francisco de
Asís.
Proviene de una
familia modesta de inmigrantes italianos, de la cultura del esfuerzo, con él
ninguna adversidad se ha podido llevar ese sentido de humildad, de amor al
prójimo, de servicio, ningún problema ha gastado la música y la alegría que
corre amorosamente por sus venas.
Los expertos
apostaban por un Papa joven y vigoroso, llegó un Papa experimentado, sencillo y
sabio, quien afirma: “Jesús nos enseña el camino: salir a dar testimonio, salir a
interesarse por el hermano, salir a compartir, salir a encarnarse, salir a
servir al prójimo”
Por su profunda disciplina al servicio de los demás, ya es llamado “El
Papa de los pobres”, en su primera aparición en el balcón de la plaza de San
Pedro, con un maravilloso discurso –tan sencillo, como ha sido su vida, viajaba
en metro, preparaba su comida– rápidamente hizo click con todos.
El sentido del
humor brotó cuando con una simplicidad propia de los grandes hombres dijo: “En
este cónclave para elegir al Papa ‘Tal parece que mis hermanos Cardenales
fueron casi al fin del mundo’”
Su sentido del amor
se manifestó cuando solicitó orar por su antecesor Benedicto XVI. Y cuando
manifestó: “Se inicia un camino, juntos su obispo y su pueblo, un camino
de fraternidad, amor y confianza mutua”.
Y su profundo
sentido de sencillez y humildad –conocido por su vida plena de austeridad–
emergió cuando dijo:
“Les pido un favor:
antes que el Obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes recen para que
el Señor me bendiga”
Si Joseph Ratzinger renunció, al expresar que “ya no poseía la fortaleza
física y mental para afrontar las exigencias de su cargo,” en verdad el viejo Filósofo
quiere, con todo su corazón, que el Señor bendiga al Papa Francisco, para que a
sus 76 años, en la plenitud intelectual y física que posee, encuentre el camino
para llevar la carga de la pesada cruz, que el Papado trae consigo.
Hago votos para que tenga la inteligencia de tender puentes con las
demás religiones, algunas con dificultades generadas por personajes de la
iglesia, como la crisis generada con la comunidad musulmana; también con la
comunidad judía por la reincorporación de un obispo que negaba la existencia
del Holocausto.
Deseo que queden superados de una vez por todas, los conflictos de
pederastia, el aquelarre por la filtración de documentos del vaticano, considerados
como clasificados y que con su oficio de vida una a la iglesia con una singular
apertura y dialogo, que él bien sabe llevar.
Afirmaba con
diáfana cognición Antoine De Sain-Exupery. “Lo esencial es invisible a los ojos.” Y el
corazón del viejo Filósofo dice que El Papa Francisco, por ser un Papa por una
parte apasionado el fut bol, por otra conservador en lo moral y progresista en
lo social, que supo modernizar la iglesia Argentina, que rompe moldes, pleno de
austeridad, luz, pasión por el servicio y amor, está llamada como Juan Pablo II
y Juan XXIII a hacer historia.
Karl Varth, afirmaba: “La teología es una ciencia alegre”. El humor emerge
poderoso a veces desde los entresijos del poder religioso, en otras ocasiones
de la voz popular, que tiene a flor de piel el sacramento de la sonrisa, lo que
me recuerda al padre Chuyo quien se encontraba reunido con las mujeres feligreses
de su parroquia para tratar el importante tema del SIDA.
—¡Hijas mías!, el SIDA se está propagando de
manera alarmante; por eso, es necesario que tomen precauciones y que cuiden a
sus maridos... porque ellos se están acostando con “mujeres de mala nota” que
los contagian y luego van y se acuestan con ustedes y las contagian y luego
ustedes... ¡¡¡NOS CONTAGIAN A NOSOTROS!!!
1. Jaime Soler, N. Mercé
Conangla, Aplícate el Cuento Relatos de Ecología Emocional Editorial AMAT, 2005
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