jueves, 10 de mayo de 2012

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ ¡COJEARÉ EL RESTO DE MI VIDA!


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Por Ramón Durón Ruiz 
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ara el viejo filósofo la existencia diaria está llena de bendiciones y con estas de agradables sorpresas, anualmente dicto 100 Conferencias y Talleres por todo el país, en Universidades, Tecnológicos, Organizaciones de Profesionales, Instituciones gubernamentales, Empresarios, Académicos, Clubes Deportivos, etc. 
Una de las sorpresas que la vida me tenía preparada se dio este viernes, cuando fui invitado por las Profras. Magda Catalina Silva y Luz María Del Carmen Aguilar, Directora del Jardín de Niños, Bertha Sierra Bustamante, de la colonia La Presita, del municipio de Ciudad, Victoria, a dar una plática a los 128 alumnos. 
Muy agradable fue encontrar que a los niños y maestras, les acompañaban un grupo de madres de familia, que en conjunto trabajan en el tema de la lectura, ¿lectura en Jardín de Niños? Sí, aunque usted no lo crea, ahí encontré un extraordinario deseo de ir más allá de educar a los niños en la adquisición de conocimientos, también en inculcar en ellos el poder y la fuerza de los valores. 
Uno de los niños me dijo: ¡Yo hice un cuento! No me sorprendió, porque entiendo que la lectura es un valor que hace crecer al ser humano, sea cual sea su edad, lo lleva a utilizar la imaginería y la magia del universo a su favor, lo conduce a darle aire a sus alas y en consecuencia a viajar, lo encuentra con el poder de vida que hay en su interior. 
En un país como el nuestro, con un índice muy bajo de lectores, en el que se menoscaba la fuerza de la lectura, encontrarme con una escuela en la que padres-maestros-niños, como trinomio indisoluble trabajan de la mano en ello… es una historia para contarse y presumirse. 
Asegura el escritor Francisco Javier Alcaraz Medina: “En México se lee un libro por persona al año [en países de Europa se leen hasta 20 libros por persona, por año] por lo que el índice de lectores es muy bajo, hay personas que no leen ni siquiera un libro… la situación de la lectura en general es dramática, debido a que las personas leen muy poco.” y sigue diciendo: 
Las personas no consideran que leer es importante y piensan que es muy aburrido, todo depende del sentido que le den a la lectura, para que le tomen sabor… si los mexicanos no tienen el hábito por la lectura, se debe a que los padres de familia no inculcaron ese valor a los hijos.”1 
“Según la encuesta nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales de CONACULTA (dada a conocer el año pasado, entre 70 y 73% de los mexicanos no leen un sólo libro al año. Es decir que alrededor de 82 millones de compatriotas, unos porque no saben (según el INEGI hay en el país cerca de 5.3 millones de mayores de quince años analfabetas) y otros porque no pueden o quieren, sencillamente no abren un libro…baste decir que sólo 4% de los mexicanos afirman leer cinco libros al año y apenas 1% diez o más…”2 
Inexorablemente esto se refleja en nuestra democracia, tenemos legisladores que no leen, (hablo ahora del Congreso porque es desde ahí donde se puede fraguar la gran reforma del estado mexicano y la urgente reconciliación nacional)  no porque nuestros diputados no quieran o no tengan tiempo por el “exceso trabajo legislativo”… sino porque no saben leer. 
Pues es precisamente para ponerme a leer, que Jorge Eduardo Villalva Alarcón, me hizo el favor de enviarme el siguiente texto del fino humorista uruguayo Juan Verdaguer que dice:  
“Un día se estropeó nuestra cortadora de césped (eléctrica)... Mi mujer me colmaba la paciencia dándome a entender que yo debería arreglarla… Por mi parte, siempre acababa teniendo otras cosas más importantes que hacer, tipo: lavar el coche, hacer un informe, en fin... lo que para mi parecía más importante.  
Un día, ella encontró un muy sutil modo de convencerme: Cuando llegué a casa, me la encontré agachada en el césped, que estaba muy alto, recortándolo con su tijerita de costura... Eso me llegó al alma... me emocioné... Decidí entrar en la casa y volví después de unos minutos, llevándole su cepillo de dientes... Se lo entregué, y se me ocurrió decirle:  
Cuando termines con el césped, podrías también barrer el patio...  
Después de aquello, no me acuerdo de nada...Estoy en blanco....Los médicos dicen que volveré a andar, ¡pero que cojearé el resto de mi vida!”  
1.http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=419455&id_seccion 
2.http://www.conaculta.gob.mx/encuesta_nacional.php)[Salto de línea automático]                                             filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook: filosofoguemez/Twitter: @filosofoguemez

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