RELIGIÓN Y
SOCIEDAD LA
FRONTERA
LUIS ARMANDO
VARGAS TORRES.
El problema de medio oriente pese a lo que digan es un
problema de religiones, el enfrentamiento entre el mundo cristiano con el
musulmán, ello no augura buen final, es una moderna cruzada donde el PAPA desafortunadamente fue
involucrado por su Secretario de Relaciones Exteriores en la ONU.
Su visita a Irak ya no podrá ser, de nada valen sus
declaraciones donde dice que el no dijo que apoyaba el bombardeo a Irak, que dijo que esa masacre debía de ser parada
a tiempo y es de creerse, sin embargo en política no se puede equivocar un
Secretario de Relaciones Exteriores porque puede costar una guerra o la vida.
Ya se especula sobre el accidente automovilístico que sufrió
su sobrino y familia en Argentina, los medios de comunicación han volado su
imaginación dando a entender que pueden ser represalias de los musulmanes, si
al PAPA le tergiversaron sus instrucciones, porque no es un ignorante y bien
que sabe su trascendencia en un organismo como la ONU, estaríamos hablando de
conspiración.
No olvidemos que a Benedicto XVI prácticamente lo hecho fuera
la cofradía de Cardenales que tienen secuestrado el Vaticano, hay videos donde
canallescamente dejan la mano tendida del PAPA Benedicto XVI, no importándoles
que la prensa mundial los filmaba, se pitorreaban del santo padre y del mundo
cristiano en su cara.
Por ello el PAPA Francisco reconoció públicamente que
encontró corrupción en el Banco Vaticano y una cofradía de pervertidos
incrustados en puestos de decisión, como viene de la orden de los Jesuitas, que
profesan la sencillez, humildad y vida práctica como Jesucristo, ha hecho
cambios trascendentes al interior del Vaticano, prescindiendo de los lujos y el
oro.
Francisco ha cambiado protocolos, dio luz verde para que se
castigue los casos de pederastia que se cometen dentro de la iglesia,
obviamente sin la complacencia de las mafias internas, en México ya hay órdenes
de aprehensión contra sacerdotes, los acuerdos de México y el Vaticano ya
trabajan.
El problema que se presenta entre Israel y Palestina para
solucionarlo primero deben ponerse de acuerdo el PAPA y los Imanes musulmanes,
el gobierno Judío ya debe cesar su política de agresión a Palestina, sentarse a
dialogar, deben eliminar su soberbia al sentirse pueblo de dios. Sacrificaron a
Jesús de Arimatea y pidieron que su sangre cayera sobre su pueblo y de las
generaciones venideras.
Se comportan primitivamente al igual que los musulmanes
privilegiando la violencia sobre el dialogo, la sociedad paga con creces esos
actos de barbarie, las creencias musulmanas de muerte a los infieles y a la
cristiandad, más la violencia sufrida por décadas hace el odio entre naciones
irracional.
El famoso holocausto tan publicitado por el pueblo Israelí
queda pequeño ante la crueldad con que sacrifican poblaciones inocentes y
bombardean zonas neutrales, escuelas habilitadas como refugios por la ONU.
Ninguna perversidad debe tolerarse y medir con dos raseros a unos llamarles
terroristas y a los otros darles el derecho de autodefensa.
El género humano cada vez más se empequeñece, el libre
albedrío ha desatado demonios, sátrapas y tiranos, en los dos bandos, el
anticristo manifestado cruelmente como neoliberalismo y tecnología está
acabando con las relaciones interpersonales, el ser humano se ha convertido
parafraseando al PAPA Francisco “en mercancía que se usa y se deshecha”.
Hace años nunca imaginamos
que un ser humano serviría a los maleantes como mercancía; para tráfico de
órganos, valor de cambio en los secuestros, como esclavos laborales en el
derecho de piso, esclavos sexuales en la
trata de personas, como consumibles de la salud en vacunas, epidemias y enfermedades crónicas degenerativas y como
marranitos para la industria alimenticia.
La participación de la sociedad se hace indispensable para
dar un cambio de dirección, evitando el despeñadero, la familia es el espacio
que debemos usar, la unión vecinal y la educación formal. Lo que sucede en los
pueblos orientales está más cerca de nosotros de lo que imaginamos, somos
corresponsables por palabra, obra u omisión, la naturaleza no distingue razas,
ideologías y posición económica, la naturaleza cobra por igual.
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