martes, 2 de septiembre de 2014

EL FILÓSOFO DE GÚÉMEZ

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
¡Y REGAÑADO POR SU VIEJA!
Por Ramón Durón Ruiz
J
oseph Addison afirmaba: “El hombre se distingue de todas las demás criaturas por la facultad de reír” yo agregaría por la capacidad de amar incondicionalmente.

Será porque reír y amar te conectan con la Divinidad Interior, que te recuerda las sabias palabras de Abraham Lincoln: “Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la plenitud de vida que le regalas a tus años.

El amor y el humor dan vida, poder, energía y vitalidad a tu ser, para el viejo Filósofo, amor y humor son dualidad indisoluble, no hay amor, sin humor y el centro neurálgico del humor ¡ES EL AMOR!

Para este campesino de Güémez, la sonrisa es el primer elemento comunicativo de amor, –el niño sonríe antes de hablar– demuestra que lo básico funciona. Cuando ante el conflicto –que demuestra tu vulnerabilidad– te desconectas de lo racional, y dándote permiso, haces a un lado lo cognitivo que el raciocino tiene, pasando a lo sensitivo que la alegría trae, tu vida se armoniza, llegan las respuestas, es entonces que te das cuenta que estás hecho… ¡pa’ seguir adelante!

Comento lo anterior, debido al acierto del Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, C.P. Enrique Etienne Pérez del Río, quien tuvo el buen tino de invitar a dictar una conferencia a Doherty Hunter a) “Patch” Adams, internacionalmente conocido como el médico de la risoterapia.

A sus 69 años “Patch” Adams es un galeno norteamericano, activista social, escritor y conferencista exitoso, lleno de dinamita pura, de amor a la vida y de sana alegría.

En el Teatro Juárez de mi tierra, ante un auditorio que rebasaba –por mucho, debido a las expectativas que genera el personaje– la capacidad del local, cautivó con una excepcional sencillez.

Rompiendo los paradigmas de un conferencista, llegó al presídium con un singular atuendo: camisa y pantalón de estilo médico, –muy holgado–  con un floreado multicolor; zapatos tenis cómodos y de colores; pelo largo, mitad morado, mitad blanco; espeso  bigote –estilo Dalí– todo ello engalana unos ojos llenos de vivacidad, tras los que se esconde un alma en plenitud.

“Patch” Adams demuestra que es un ser espectacular que está muy alejado del ego, –ese que en voz del Filósofo es como la ropa… a veces estorba– demuestra que el vestir no hace tu día, que eres tú el que con tu amor y alegría a la vida, haces que HOY sea un día espectacular.

Sólo bastó que empezara a hablar, apoyado con un traductor, para que con su elocuencia, sabiduría y sencillez, cautivara a los asistentes y tuviera esa magia, que sólo los hombres que están tocados por el Ángel de la vida, tienen para despertar conciencias al milagro de la existencia.    
    
En “Patch” Adams se demuestra que “no hay árbol que no haya sido movido por la tormenta”; tras el buen sentido del humor y la aleccionadora alegría, hay un hombre que vivió de cerca la muerte; en su juventud, después de que un tío muy querido se suicidara, el siguió su ejemplo y trato de suicidarse, al no conseguirlo, hizo que en el hospital se encontrara con su amoroso destino –“Eso que llamamos casualidad, surge de la fuente más profunda del destino” – y su destino es vivir con alegría, para servir con amor incondicional.

En “Patch” Adams se hace presente la sabiduría popular que dice: “Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para vivir y reír” para hacer de tu vida una obra maestra.

Lo anterior me recuerda una reflexión que parafraseo: “HOY me doy permiso de cerrar los ojos, para unirme con mi Divinidad Interior y elevar una plegaria al PADRE: Por favor SEÑOR, llévate todo el peso que he cargado innecesariamente de más, elimina las emociones toxicas que me dañan, has que tire a un lado del camino el equipaje que me estorba. Mi alma está cansada de viajar con tanto peso que no me deja avanzar, que impide que vaya más allá de mis límites; ayúdame PADRE para llevar de ahora en adelante el suficiente amor y humor, que quepa en mi bolsillo, en mi alma y en mi corazón, que me lleven a seguir adelante en el camino de la vida, siempre lleno de pasión y sana alegría. Que la muerte no me sorprenda sin haber sido feliz”

El Filósofo de Güémez dice: “Amor es magia que inicia con un príncipe azul enamorando a una linda princesa y termina con un pela’o haciendo mandados… ¡y regañado por su vieja!

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