LUIS ARMANDO VARGAS TORRES- EL INQUISIDOR,

JUVENTUD DIVINO TESORO           

  LA FRONTERA               LUIS ARMANDO VARGAS TORRES.

El 24 de Febrero día de la bandera se dieron cita en Nuevo Laredo  41 representaciones de diversos Campus del país del Instituto Tecnológico Nacional,  incluido el de esta ciudad. Observamos la disciplina, orden, gallardía y sincronización de todas las bandas de guerra tocando al unísono, sin equivocarse. Ataviados con trajes de gala.

Sorprendió que casi  la mitad de los participantes eran hermosas, jovencitas venidas de los cuatro rincones del país. El ejército ahí presente… y  lo digo con respeto, se vio chiquito ante la presencia, marcialidad, porte, de los contingentes de éstos Tecnológicos venidos de 29 Estados de la República Mexicana.

Sin embargo quedó evidencia del amor de los mexicanos por nuestros símbolos patrios, especialmente el respeto por la enseña nacional y no exagero querido lector, por la mañana amaneció a 2 grados centígrados y la mayoría de los alumnos no asistió a clase por la disposición oficial de que debajo de 4° centígrados no hay clases para protegerles.

Pero déjeme decirle que a las 5 PM en que se hizo la inauguración oficial del encuentro nacional de Bandas de Guerra y Escoltas, estábamos a 2° centígrados con un viento helado que calaba los huesos y el Estadio de la Unidad deportiva Benito Juárez, estaba lleno hasta la cancha con poco más de 10,000 almas, niños, ancianos, padres de familia, profesores alumnos, periodistas e intelectuales  a nadie importó el mal tiempo.

Algo nunca visto, se eriza la piel de ver el saludo, respeto a la bandera de la ciudadanía en general, escuchar el toque de” bandera” ejecutado por  40 bandas de guerra coordinadas y un contingente de jovencitas abanderadas, recogiendo y doblando la bandera para depositarla en su nicho oficial.

Nos deja mucho que pensar: Observar lo que hace la disciplina, el deporte,  el respeto a los valores de patria y orden  en nuestra juventud bien encausada, nos da ánimo; no todo está perdido en nuestra gran nación, los mayores ganando Oscares en la meca del cine y el ámpula levantada en algunos racistas, xenofóbicos millonarios Americanos.

En este país que en algunas regiones es un crimen ser joven, porque es estigmatizado de nini, de malandro, de bueno para convertirse en recluta para lo que sea, dada su condición de migrante, desempleado, huérfano, carente de estudio, madre soltera etc.  O simplemente ser levantado por revoltoso por sus ideales.

Es tiempo de que todo el sistema educativo empiece a darle la importancia debida a la formación cívica de los alumnos, volver a introducir esa materia que perversamente se ha eliminado de muchos planes de estudio, destinar recursos para que en las escuelas se le vuelva a dar la importancia a las bandas de guerra y las otroras rondas infantiles, que congregaban miles de familias.

Lo anterior forma disciplina en los educandos, da sentido de pertenencia a una nación, genera respeto por la autoridad y sentido del deber, obliga a hacer las cosas bien a la primera, sin equivocarse. En ello la educación en México está fallando rotundamente, es inconcebible ver maestros vándalos abandonando sus deberes y exigiendo pagos no devengados, sindicatos que protegen privilegios olvidando que un maestro sin alumno ya no es maestro.

Lo principal… la educación se empieza a vandalizar, se cobra por todo, por exámenes para admisión, inscripciones, exámenes mensuales, se pide uniformes de invierno de verano, carísimos como si fuesen de marca, no les basta dar los colores,  a fuerza deben ser adquiridos en tal o cuál lugar, alguien debe poner un ¡ya basta!, posiblemente los padres deberán ampararse contra estos actos que inhiben el crecimiento de nuestros jóvenes por falta de recursos.

La ciudadanía sigue viva, no es apática, también se evidenció la pequeñez de la principal autoridad del municipio de Nuevo Laredo al no asistir a ningún evento mandando representante, es increíble que un acto de esta magnitud que trajo aproximadamente 2,500 visitantes, durante una semana.

Agréguenle  la consabida derrama económica en  alimentos, hospedaje, diesel, gasolinas y la asistencia de más de 10,000 ciudadanos congregados en la celebración de la bandera, no le merezca su asistencia, un gran desaire que seguramente tendrá respuesta ciudadana.