domingo, 16 de octubre de 2016

Desde Nuevo Laredo: La Columna Política de Carlos Domínguez,

Desde Nuevo Laredo:
La Columna Política de Carlos Domínguez
 
JESÚS ENSEÑA CÓMO ENCONTRAR A DIOS……..”El que tenga oídos, que escuche”……El que sepa leer, que lea….
 
En su viaje a Roma tres años antes de iniciar su ministerio en Galilea, Jesús hizo escala en la isla de Malta. Aquí Jesús conversó con un joven desalentado y descorazonado llamado Claudio. Este muchacho había contemplado suicidarse, pero después de hablar con Jesús, dijo: “Voy a enfrentar la vida como un hombre; ya basta con hacer el papel de cobarde. Voy a volver con mi gente y empezar de nuevo”.
 
Poco tiempo después aquel joven se convertiría en un predicador entusiasta de los cínicos. Años más tarde se uniría a Pedro para proclamar el cristianismo en Roma y en Neápolis, y después de la muerte de Pedro fue a España a predicar el evangelio. Pero Claudio nunca supo que el hombre que lo inspiró en la isla de Malta era el mismo Jesús a quien años después proclamaría como el Libertador del Mundo.
     
Jesús pasó una semana completa en Siracusa. El evento más notable de esta escala fue la rehabilitación de Esdras, un judío descarriado, que era el tabernero del lugar en donde el Maestro se hospedaba.
 
Esdras estaba encantado porque Jesús le abordó. El judío le pidió que lo ayudara a volver a la fe de Israel. Expresó su desesperanza diciendo: “Quiero ser un verdadero hijo de Abraham, pero no consigo encontrar a Dios”.
 
Jesús le dijo: “Si realmente quieres encontrar a Dios, ese deseo es en sí la prueba de que ya lo has encontrado. Tu problema no es que no puedas encontrar a Dios, porque el Padre ya te ha encontrado a ti; tu problema es simplemente que no conoces a Dios. ¿Acaso no has leído las palabras del profeta Jeremías?: ‘me buscarán y me hallarán cuando me busquen de todo corazón’. ¿Acaso no dice también este mismo profeta?: `y te daré corazón para que me conozcas que yo soy el Señor y tú pertenecerás a mi pueblo, y yo seré tu Dios' ¿O no has leído en las escrituras donde dice: `Él mira a los hombres, y si alguno dice: he pecado y he pervertido lo que era justo, y no me ha aprovechado, entonces Dios librará el alma de ese hombre de la oscuridad, y verá la luz'.” Así Esdras encontró a Dios para satisfacción de su alma. Posteriormente, este judío, en sociedad con un próspero prosélito griego, construyó la primera iglesia cristiana en Siracusa.
     
En Mesana el Maestro se detuvo un solo día, pero lo suficiente para cambiar la vida de un muchacho, un vendedor de frutas, a quien Jesús le compró de su mercancía, pero a su vez le alimentó con el pan de la vida. El muchacho no olvidaría jamás las palabras de Jesús y la bondadosa mirada que las acompañó cuando, apoyando la mano sobre el hombro del muchacho, le dijo: “Adiós, hijo mío, pórtate con valentía mientras te haces hombre, y después de alimentar el cuerpo aprende también a alimentar el alma. Mi Padre que está en el cielo estará contigo y te guiará”. El muchacho se hizo devoto de la religión mitraíca y luego se convirtió a la fe cristiana.
     
Finalmente Jesús y dos de sus acompañantes llegaron  a Neápolis, ya sintiendo que se estaban acercando a su destino final, Roma. Uno de estos dos compañeros de viaje del Maestro, nunca comprendió el significado de las palabras de Jesús, cuando después de darle una moneda a un mendigo, se negó a detenerse y consolar al hombre. Jesús dijo: “¿Para qué gastar palabras con los que no pueden percibir el significado de lo que dices? El espíritu del Padre no puede enseñar y salvar a alguien que no tiene capacidad para la filiación”. Lo que Jesús quiso decir era que el hombre no era de mente normal; que carecía de la facultad de reacción a la guía espiritual.
     
No ocurrió ninguna experiencia especial en Neápolis; Jesús recorrió toda la ciudad, repartiendo buenos augurios y sonrisas a cientos de hombres, mujeres y niños.
     
De aquí, Jesús y sus dos compañeros de viaje siguieron hacia Roma por el camino de Capua, donde permanecieron tres días antes continuar. Por la Vía Apia anduvieron a buen paso junto a los animales de carga en dirección a Roma, ansiosos los tres de ver a la reina del imperio, en aquel tiempo la ciudad más grande del mundo.
 
Por hoy es todo, pero mañana estaremos nuevamente en estos espacios editoriales de las redes sociales, Dios mediante.
 
CDR.
Periodismo Independiente.

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