viernes, 21 de octubre de 2016

Desde Nuevo Laredo: La Columna Política de Carlos Domínguez,

Desde Nuevo Laredo:
La Columna Política de Carlos Domínguez
 
EMBISTE A NUEVO LAREDO LA DISTRACCIÓN NACIONAL POR MEDIO DE JAVIER DUARTE
 
AL GOBIERNO FEDERAL LE PROCUPA RECUPERAR LOS MILES DE MILLONES DE PESOS QUE DICEN SE ROBÓ EL EX MANDATARIO JAROCHO, Y SE OLVIDA DE CASI 20 MIL ASESINATOS Y DESAPARICIONES
 
Los más de 1.5 millones de inmigrantes veracruzanos que viven en las ciudades de la frontera norte de México, desde Tijuana hasta Matamoros, entre ellos los 150 mil hombres y mujeres de origen jarocho que habitan en Nuevo Laredo, están a la expectativa de lo que sucederá con el gobernador veracruzano con licencia, Javier Duarte de Ochoa, ya declarado prófugo de la justicia por la PGR.
 
Por lo pronto Veracruz está paralizado. Allá, todo mundo se pregunta dónde estará el escondite de Javier Duarte. Que huyó en avión oficial y Flavino Ríos lo desmiente. Que huyó en un avión de la CNC y Juan Carlos Molina Palacios saca la bitácora. Que huyó en avión de Toño Sierra, socio de Fidel Herrera, y responde que no tiene avión ni tampoco helicóptero. Carlos Loret de Mola twitea y dice que le dijeron que lo vieron en la Ciudad de México.
 
Por su parte el secretario de Gobernación y presidenciable, Miguel Ángel Osorio Chong, fue lacónico con el reportero Ciro Gómez Leyva: “No ha huido”. Ningún reporte hay, por ejemplo, de Migración. Y por el contrario, tanto Gobernación como la PGR rastrean sus pistas. Y si este gobierno, dijo Chong, inició la averiguación previa sobre enriquecimiento ilícito y peculado, entonces, “este gobierno” consumará la acción.
 
Días cardiacos deben estar viviendo el gobernador con licencia y su familia. ¡Sálvese… quien pueda! es el nuevo grito patriótico. Yo, dijo hace dos semanas Javier Duarte, “no meto las manos al fuego por nadie”. Su sucesor, Flavino Ríos lo repite. Los otros, callan, temerosos de que la PGR les caiga. Los ex secretarios de Finanzas y Planeación, entre otros, andan cada uno portando sendos amparos de un juez federal. Sólo les falta copiar a Guillermo Padrés, el ex gobernador de Sonora, quien ha tramitado 40 amparos. El cochinero priista de Veracruz, en las grandes ligas del estrellato. El duartismo, en el peor descrédito nacional.
 
De pronto, los habitantes de Veracruz descubrieron que llevaban mucho tiempo sin conversar. Y ahora, han redescubierto que el único tema que los une se llama Javier Duarte. En las cantinas, relatan los medios informativos, se forman quinielas respecto a un eje central. ¿Caerá o el show político y mediático es pura faramalla? En el café La Parroquia del puerto jarocho están confundidos con tanto rafagueo político y mediático. Si la PGR quisiera, ya lo habrían detenido, apuestan. En la intimidad, antes y después de hacer el amor, las parejas prohibidas se pelean por el destino de Duarte.
 
Pero en medio de todas estas especulaciones, lo único cierto es que concentrada la atención nacional en el futuro inmediato de Javier Duarte, nadie se acuerda de los más de 10 mil muertos y 8 mil desaparecidos contabilizados de diciembre del 2008 a octubre del 2016.
 
La distracción es total en torno a la complicidad de los mandos y tropas de la Secretaría de Seguridad Pública  de Veracruz, con las bandas delictivas que operan en aquella entidad.
 
Como siempre, la atención es acaparada por los montos del dinero presuntamente sustraído al erario estatal, mientras los miles de muertos y desaparecidos se amontonan en expedientes que nadie investiga.  
 
Triste realidad, es la que experimentan incontables familias veracruzanas que durante años han estado clamando justicia en territorio jarocho. Obviamente, no habrá justicia. El show es político y seguramente Javier Duarte terminará aprehendido y encarcelado, al mismo tiempo que el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares pregonará la misma frase de siempre. “Borrón y Cuenta Nueva”.
 
Por hoy es todo, pero mañana estaremos nuevamente en estos espacios editoriales de las redes sociales, Dios mediante.
 
CDR.
Periodismo Independiente.

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