domingo, 30 de octubre de 2016

Desde Nuevo Laredo: La Columna Política de Carlos Domínguez,


Desde Nuevo Laredo:
La Columna Política de Carlos Domínguez
 
LAS EXPLICACIONES DE JESÚS RESPECTO A LA IRA HUMANA; EL ENTUSIASMO PUEDE LLEVAR AL FANATISMO, ASÍ COMO EL CORAJE Y LA FE EN ALMAS IRREFLEXIVAS LLEVAN A LA PRESUNCIÓN Y LA IMPRUDENCIA
 
En cierta ocasión, cuando tomaba un descanso durante su segunda gira por Galilea, uno de los evangelistas le preguntó a Jesús sobre la ira; y el Maestro entre otras cosas dijo en respuesta:
     
“La ira es una manifestación material, que representa la medida del fracaso de la naturaleza espiritual, en la tarea de ganar el control sobre las naturalezas intelectual y física combinadas. La ira indica falta de amor fraternal tolerante, y falta de respeto propio y de autocontrol. La ira afecta la salud, envilece la mente, y limita al instructor espiritual del alma del hombre”.
 
“¿Acaso no han leído en las Escrituras que la ira mata al tonto, y que el hombre se destruye a sí mismo en su ira? ¿Que el que tarda en enojarse es grande de entendimiento, mientras que el impaciente de espíritu enaltece la necedad?”.
 
“Todos ustedes saben que una blanda respuesta quita la ira, y que las palabras ásperas hacen subir el furor. La cordura detiene el furor, pero como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo enojo no tiene rienda. Cruel es la ira; impetuoso es el furor. Los hombres iracundos levantan contiendas, y los furiosos multiplican sus errores. No te apresures en tu espíritu, porque el enojo reposa en el seno de los necios”.
 
Antes de terminar de hablar Jesús también dijo: “Dejen que sus corazones estén tan dominado por el amor, que el espíritu guía pueda con poca dificultad librarlos de la tendencia a dejarse llevar por esas explosiones de ira animal que son inconsistentes con el estado de filiación divina”.
     
En esa misma ocasión, el Maestro le habló al grupo sobre la importancia de poseer un carácter bien equilibrado. Él reconocía que la mayoría de los hombres tienen que dedicarse al dominio de una vocación, pero deploraba el exceso de especialización, tendencia que limita la mente y circunscribe las actividades vitales.
 
Jesús mencionó que toda virtud, si se lleva a los extremos, puede volverse vicio. El Maestro siempre predicó la moderación y enseñó la constancia, es decir una adaptación proporcional a los problemas de la vida. Observó que el exceso de compasión y piedad puede degenerar en una grave inestabilidad emocional. Que el entusiasmo puede llevar al fanatismo. Señaló el hecho de un ex asociado de ellos, cuya imaginación lo había llevado a empresas visionarias e imprácticas. Al mismo tiempo, les advirtió contra los peligros de la monotonía inherente en una mediocridad exageradamente conservadora.
     
Luego habló Jesús de los peligros del coraje y de la fe, y de cómo estos dos factores a veces llevan a un alma no reflexiva a la presunción y la imprudencia. También mostró cómo la prudencia y la discreción, llevadas a los extremos, conducen a la cobardía y al fracaso. Exhortó a sus oyentes a que procuraran la originalidad, pero evitando caer en la excentricidad. La comprensión no debe caer en sentimentalismo, ni la piedad en beatería. Enseñó reverencia libre de miedo y superstición.
 
No fueron las enseñanzas de Jesús sobre el carácter equilibrado las que impresionaban a sus asociados, sino el hecho de que su propia vida era ejemplo elocuente de estas enseñanzas.
 
Vivía Él en medio de apremios y tempestades, pero nunca vaciló. Sus enemigos continuamente le preparaban trampas, pero jamás cayó en ellas. Los sabios e instruidos trataban de hacerlo tropezar, pero nunca tropezó. Le presionaban para enredarlo en debates, pero sus respuestas eran siempre esclarecedoras, dignas y definitivas. Cuando interrumpían sus disertaciones con múltiples preguntas, sus respuestas eran siempre significativas y concluyentes. No recurrió jamás a tácticas indignas cuando se enfrentaba con la presión constante de sus enemigos, que no vacilaban en emplear todo tipo de ataques falsos, injustos y desleales.
     
Aunque es verdad que muchos hombres y mujeres deben dedicarse asiduamente a una vocación específica para ganarse la vida, es sin embargo enteramente deseable que los seres humanos cultiven una amplia gama de familiaridad cultural con la vida tal como se vive en la Tierra. Las personas verdaderamente cultas, no se conforman con permanecer en la ignorancia respecto a la forma de vida y las hazañas de sus semejantes.
 
Por hoy es todo, pero mañana estaremos nuevamente en estos espacios editoriales de las redes sociales, Dios mediante.
 
CDR.
Periodismo Independiente.

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