jueves, 9 de febrero de 2017

Desde Nuevo Laredo: La Columna Política de Carlos Domínguez,


Desde Nuevo Laredo:
La Columna Política de Carlos Domínguez
 
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE MÉXICO ES LETRA MUERTA EN MANOS DE GOBERNANTES CORRUPTOS
 
TAMAULIPAS Y NUEVO LAREDO, EJEMPLOS DE LA CORRUPCIÓN GUBERNAMENTAL EN TERRITORIO MEXICANO
 
Nunca como en este año 2017, ha quedado  en claro que la Constitución Política de México, mejor conocida con el nombre de Carta Magna por la clase política de nuestro país, es pura letra muerta en manos de manipuladores y corruptos gobernantes.
 
No se necesitan más evidencias que la vida diaria en territorio nacional, para comprobar que las leyes no reflejan la realidad del país, sino todo lo contrario.
 
Decenas de miles, por no decir que cientos de miles o varios millones de homicidios, secuestros y extorsiones cometidos en los últimos 18 años, continúan impunes con la seguridad de que jamás serán aclarados.
 
De hecho, el presidente Enrique Peña Nieto así como los diputados federales y senadores, incluyendo a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se vieron ridículos el pasado cinco de febrero, ponderando el valor de la Constitución Política de México sostenida en leyes que sólo se aplican contra los estratos sociales más vulnerables.
 
Entre las peores consecuencias del inválido papel en que están escritos los artículos de la Constitución Política de México, destacan la gigantesca corrupción en el ejercicio público y la completa inseguridad ciudadana.
 
Resulta decepcionante reconocerlo, pero la verdad es que México, país rico en recursos naturales estratégicamente ubicado en la zona norte de América, es una nación pobre con gobernantes inmensamente ricos.
 
Porque a excepción de los cada vez más escasos industriales y comerciantes exitosos, la lista de políticos enriquecidos se acrecienta anualmente, al mismo tiempo que cada año se agregan más mexicanos y mexicanas a los 60 millones de pobres que subsisten de milagro en las 32 entidades federativas.
 
TAMAULIPAS Y NUEVO LAREDO, EJEMPLOS DE LA CORRUPCIÓN GUBERNAMENTAL EN MÉXICO
Respecto a los gobernantes ricos surgidos con el dinero público en Tamaulipas, y particularmente en Nuevo Laredo, las respectivas listas se acentúan a partir de 1999 en el estado y en el 2013 en el municipio neolaredense. 
 
La demencia gubernamental en Tamaulipas se desató contra el erario estatal con la llegada de Tomás Yarrington al gobierno de la entidad, quien no conforme con activar desmesuradamente el peculado se asoció con narcotraficantes para duplicar su ilícito enriquecimiento. Lo mismo hizo Eugenio Hernández Flores, inspirado por su antecesor.
 
Sin embargo la peor desilusión de los tamaulipecos ocurrió con Egidio Torre Cantú, al resultar beneficiado con el cargo de gobernador por el brutal asesinato de su hermano Rodolfo Torre Cantú, ejecutado seis días antes del primer domingo de julio del 2010, fecha de las elecciones estatales.
 
Los habitantes de Tamaulipas con credencial de elector vigente, se volcaron en las urnas a favor del PRI abanderando a Egidio Torre Cantú, al suponer que este sujeto convertido en gobernador aclararía el asesinato de su hermano, y de paso acabaría con la delincuencia organizada devolviendo la tranquilidad en los 43 municipios de la entidad.
 
Obviamente, Egidio Torre Cantú actuó en contra de las esperanzas y deseos de quienes votaron por él. No sólo se negó a aclarar la muerte de su hermano y castigar a los responsables, sino que se alió con ellos y facilitó la actividad delictiva en Tamaulipas hasta prender la guerra civil que se experimenta actualmente en territorio tamaulipeco.
 
Y en relación a Nuevo Laredo, la corrupción al interior del Municipio se convirtió en locura irrefrenable del 2013 al 2016, con Carlos Cantú Villarreal de alcalde y su feroz equipo de ladrones.
 
Hasta febrero del 2017, la estela de corrupción dejada por Carlos Cantú nubla las expectativas de los neolaredenses agobiados por la violencia delictiva, con más de cinco mil millones de pesos desaparecidos del erario municipal a través de pésimas obras públicas infladas cada una en más del mil por ciento de su valor original.
 
Y así, bajo estos términos de corrupción gubernamental ejemplificada en Tamaulipas y Nuevo Laredo, nuestro país festejó los primeros cien años de la Constitución Política de México, la cual es un manojo de papel cuyo significado legal no tiene ninguna relación con lo que realmente viven los mexicanos, los tamaulipecos y los neolaredenses.
 
Por hoy es todo, pero mañana estaremos nuevamente en estos espacios editoriales de las redes sociales, Dios mediante.
 
CDR.
Periodismo Independiente. 

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