lunes, 1 de enero de 2018

Desde Nuevo Laredo:
La Columna Política de Carlos Domínguez

LA DEMORA TEMPORAL DE LA JUSTICIA EN LA REBELIÓN DE LUCIFER

Las criaturas mortales de los mundos evolucionarios como la Tierra, siempre se han preocupado por la pregunta irreflexiva de porqué los Creadores omnisapientes permiten el mal y el pecado. No comprenden que ambos son inevitables si la criatura ha de ser verdaderamente libre. El libre albedrío del hombre en evolución o del ángel exquisito no es un mero concepto filosófico, un ideal simbólico.

La habilidad del humano para elegir el bien y el mal es una realidad del universo. Esta libertad de elegir por sí mismo es una dote de los Gobernantes Supremos, y ellos no permitirán que ningún ser o grupo de seres prive a una sola personalidad en el vasto universo de esta libertad de otorgamiento divino, ni siquiera para satisfacer a esos seres desviados e ignorantes en el disfrutar de esta mal llamada libertad personal.

Aunque la identificación consciente e incondicionada con el mal(pecado) es el equivalente de la no existencia(aniquilación), siempre debe intervenir entre el momento de dicha identificación personal con el pecado y la ejecución de la pena un período de tiempo suficiente para permitir que la adjudicación del estado universal de dicho individuo se compruebe enteramente satisfactoria para todas las personalidades universales relacionadas, y que sea tan justa y recta como para ganar la aprobación del pecador mismo.

Pero si este rebelde del universo contra la realidad de la verdad y la bondad se niega a aprobar el veredicto y si el culpable conoce en su corazón la justicia de su condena, pero niega confesarla, entonces la ejecución de la sentencia debe ser demorada de acuerdo con la discreción de los Ancianos de los Días. Y los Ancianos de los Días no aniquilan a un ser hasta que se hayan extinguido todos los valores morales y todas las realidades espirituales tanto en el pecador como en todos los soportadores relacionados y los posibles simpatizantes.

LA DEMORA TEMPORAL DE LA MISERICORDIA
Otro problema un tanto difícil de explicar pertenece a las razones que permitieron que Lucifer, Satanás y los príncipes caídos hicieran el mal por tanto tiempo antes de que se les arrestara, internara y juzgara.

Los padres, aquellos que han engendrado y criado hijos, son capaces de comprender mejor porqué Jesús, un padre Creador, pueda ser lento en la condena y destrucción de sus propios Hijos. La historia del hijo pródigo que narró Jesús ilustra muy bien de qué manera un padre amante puede esperar por mucho tiempo hasta que el hijo descarriado se arrepienta.

El hecho mismo de que una criatura que hace el mal pueda verdaderamente elegir hacer el error, cometer pecado, establece el hecho del libre albedrío y justifica plenamente la demora de cualquier ejecución de la justicia siempre y cuando la misericordia extendida pueda conducir al arrepentimiento y la rehabilitación.

Lucifer ya poseía la mayor parte de las libertades que buscó; otras las recibiría en el futuro. Perdió todos estos dones preciosos por dar paso a la impaciencia y someterse al deseo de poseer lo que uno anhela ahora y poseerlo en desafío de toda obligación de respeto de los derechos y libertades de todos los demás seres que componen el universo de los universos. Las obligaciones éticas son innatas, divinas y universales.

Existen muchas razones por las cuales los Gobernantes Supremos no destruyeron ni internaron inmediatamente a los líderes de la rebelión de Lucifer. Las características de misericordia de esta demora en la ejecución de la justicia fueron extendidas personalmente por Jesús. De no haber sido por el afecto de este padre Creador por sus Hijos desviados, habría actuado la justicia suprema del súper-universo. Si un episodio semejante al de la rebelión de Lucifer hubiese ocurrido mientras Jesús estaba encarnado en la Tierra, los instigadores de dicho mal podrían haber sido aniquilados instantánea y absolutamente.

La justicia suprema puede actuar instantáneamente cuando no está frenada por la misericordia divina. Pero el ministerio de la misericordia a los hijos del tiempo y el espacio siempre provee esta demora temporal, este intervalo de salvación entre la labranza y la cosecha. Si la semilla es buena, este intervalo provee la prueba y el fortalecimiento del carácter; si la semilla es mala, esta demora misericordiosa provee tiempo para el arrepentimiento y la rectificación.

Esta demora temporal en el juicio y la ejecución de los que hacen el mal es inherente en el ministerio universal de misericordia. Este freno de la justicia por la misericordia prueba que Dios es amor, y que este Dios de amor domina los universos y controla con misericordia el destino y juicio de todas sus criaturas.

Las demoras de la misericordia en el tiempo son por mandato del libre albedrío de los Creadores. Puede derivarse el bien en el universo mediante esta técnica paciente en el tratamiento de los rebeldes pecaminosos. Aunque es totalmente verdad que aquel que contempla y hace el mal no puede derivar bien del mal, es igualmente verdad que todas las cosas, incluyendo el mal potencial o manifiesto, cooperan para el bien de todos los seres que conocen a Dios, que aman hacer su voluntad, y que están ascendiendo hacia el Paraíso de acuerdo con su plan eterno y propósito divino. (Fin)

Por hoy es todo, pero mañana estaremos nuevamente en estos espacios de las redes sociales, Dios mediante.

CDR.
Periodismo Independiente.

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