sábado, 14 de noviembre de 2020

SADER,

 El frijol, la semilla identitaria del mexicano


México es un país de semillas y el frijol es la más importante y representativa que tenemos. En la mayoría de las casas mexicanas, a la hora de la comida, es común encontrar una olla de frijoles hirviendo, listos para ser preparados en diversos platillos, desde la sofisticada sopa tarasca de frijol, hasta unos ricos sopes.

Actualmente, la alimentación de los mexicanos es resultado de la unión de diversos ingredientes y sabores, muchos de los cuales son de origen prehispánico, mientras que otros llegaron a México durante o después de la Conquista.

Los españoles, al llegar al Nuevo Mundo observaron que los nativos de tierras americanas sembraban el frijol, el maíz y la calabaza muy cerca uno del otro. Estas tres plantas se ayudan entre sí y se han llamado “las tres hermanas” desde tiempos ancestrales. Este método ecológico de sembrado es empleado hasta nuestros días.

El nombre en náhuatl de esta planta y semilla es ayocotle, aunque la fonética española la derivó en ayocote, mismo que actualmente es una especie de frijol. Ésta fue llevada a España en 1522, desde donde su consumo se extendió al resto de Europa.

Los frijoles son utilizados como uno de los cultivos principales en la milpa, y tiene diversos nombres dependiendo de la región como judías, habichuelas, poroto y alubias. En nuestro país, las variedades más consumidas son los frijoles negros, pintos, flor de mayo y de junio, peruanos y bayos, y este consumo muchas veces depende de la región, por ejemplo, en el norte se comen más pintos, en el centro y sur, se consume más el frijol negro.

Otra variedad importante y muy usada es el frijol verde, que es la vaina tierna de esta leguminosa y que conocemos como ejote, y es una de las hortalizas más importantes de la alimentación debido a su contenido de vitaminas y minerales.

Los estados con mayor producción, según el Panorama Agroalimentario 2019, son Zacatecas con 423,394 t., Sinaloa con 173,992 t. y Durango con 105,177 t.

El proceso de siembra y cosecha del frijol es largo y detallado, se cuida cada detalle del suelo y de la semilla, pues el frijol es fundamental para la economía del país y un elemento importantísimo en la alimentación del mexicano, no sólo por su rico valor nutrimental sino porque forma parte de nuestra identidad nacional.   

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