SADER,

 Agricultura sustentable: un modelo que se expande

El sistema ACCI-MICI aprovecha la sabiduría de los agricultores para propiciar el intercambio de conocimientos de campesino a campesino, de científico a campesino y viceversa

¿Sabes qué es el sistema Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integrado de Cultivos Inducidos?  

Es un modelo donde el suelo y las plantas generan sus propios mecanismos de resistencia. Se debe conocer los procesos de crecimiento de las plantas y su interacción con el ambiente; se implementan diversas herramientas: extractos vegetales, aminoácidos, fitohormonas, entre otros. El  fin es fortalecer la resistencia de los cultivos tanto a eventos climáticos como a plagas y enfermedades.

La aplicación del Manejo Integrado de Cultivos Inducidos genera menores costos y emisión de gases de efecto invernadero, mayor rentabilidad, regeneración de los suelos y producción de alimentos más saludables. Del mismo modo, se revaloriza el trabajo campesino, se propicia la elaboración de insumos con recursos propios de las localidades, se impulsa la producción doméstica de semillas nativas e híbridas, se reactiva la economía agrícola y rural,  se minimiza la dependencia de compras de empresas trasnacionales proveedoras de semillas, fertilizantes, plaguicidas y demás insumos.

Conoce más en “ACCI-MICI, un modelo real y posible de agricultura sustentable”

Experiencia del sistema ACCI-MICI

Claudio Beltrán Ramírez, es productor de maíz en Sinaloa. Él aplicó el sistema de Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integrado de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI) sobre 600 hectáreas de maíz, con el objetivo principal de generar alimentos saludables. 

Sinaloa es líder productor de maíz grano, con más de 6 millones 440 mil toneladas.

Claudio, al aplicar Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integrado de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI), comenzó con el análisis de los suelos para conservar, corregir o mejorar las condiciones físico-químicas, orgánicas y microbiológicas de su suelo; también, ha comenzado con la siembra de semilla de su propia producción, tratada con microorganismos específicos para una buena germinación y establecimiento de las plántulas en el campo.