EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
LÍBRANOS DE LA CIRROSIS Y LA CRUDA
Por Ramón Durón Ruiz
L
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as sabias
abuelas de mi tierra han enseñado al viejo Filósofo que todo aquello que le da
sentido a tu vida… no se vende en el supermercado. Hoy regálate la oportunidad
de gozar con todos los sentidos que el universo te ha proveído, la bendición de
tu salud y el milagro de la vida.
Todo tiempo es
bueno para quien recibe el milagro del nuevo amanecer con una actitud mental
positiva, con amor, orando, perdonando, dando, saludando, abrazando, sonriendo,
son caminos sencillos que llenan tu existencia de plenitud.
Estas son formas
para que la terapéutica emoción del amor arraigue en ti, son altamente saludables
para tu vida, para tu armonía y obviamente para la salud de tu organismo, te
aligera la carga del dolor, a la vez que te da una visión de la cosmogonía de
tu ser.
Todo lo anterior
genera milagros y excepcionales efectos de bienestar en tu alma, cuerpo y
mente, que te llevan a ser recipiendario de salud, abundancia, prosperidad,
felicidad, gratitud, amor, paz y riqueza.
Tan sólo con
sonreír pones a trabajar un sinnúmero de músculos de tu rostro, cuello, tórax y
abdomen, que además de que mejoran tu tono muscular, son el equivalente a varios
minutos de meditación o ir al gimnasio, trayendo a ti el beneficio de la
relajación y de los químicos de la salud.
Los años me han
enseñado que saber gozar del buen sentido del humor, además de traer salud, al
normalizar tu presión sanguínea, oxigenar tu organismo y fortalecer tus
pulmones, te genera un ambiente agradable en lo familiar, laboral, social, que
te abre las puertas para hacer de tu vida una obra maestra.
Hay una oración
que me encanta del padre Ernesto Giobando, la trascribo para usted querido
lector:
“Oración del Buen Humor.
Concédeme, Señor, la gracia del buen
humor. Los santos fueron santos, pero también fueron alegres.
Santa Teresa de Jesús decía: ‘Un santo
triste es un triste santo’. No me imagino a Jesús serio, ni a María. Hubo mucha
seriedad en mi vida, demasiada formalidad.
Muchas cosas me robaron la alegría, fueron
ladrones de mi buen humor.
El buen humor no es sólo reír ante un
chiste, no es la carcajada fácil, aunque reír ayuda.
El buen humor es una actitud frente a la
vida, es reconocer el lado alegre de los hechos y de las circunstancias.
El buen humor ayuda a aliviar las
congojas y las culpas, transforma nuestros melodramas en comedias. La ironía es
la caricatura del buen humor. La ironía hiere, el buen humor cura.
La ironía ridiculiza, el buen humor crea
puentes. Humor es espíritu, actitud,
ingenio, alivio, sonrisa, esperanza.
Tú eres, Señor, la causa de mi alegría. Si
los Apóstoles se sentían tan bien contigo, no creo que haya sido por tu
severidad, sino por tu buen carácter, por tu buen humor.
Que sepa reírme de mí mismo, el primer
peldaño del buen humor.
Que nunca me ría de los demás, el primer
peldaño de la tristeza.
Ante la seriedad, un poco de soltura. Ante
la rigidez, un poco de flexibilidad interior.
Que sepa tener buen humor hará de mi
vejez un camino de luz; sabré entusiasmar a otros, sabré reírme con otros. Amén.”1
Pero el genial
humor del mexicano, que ve la vida a través del cristal del humor tiene una genial
plegaria, La Oración a la cerveza:
“Santa Cerveza que estas en el Hielo,
tan refrescante suena tu nombre;
venga a mi vaso tu cuerpo, hazme sentir
el sabor del encuentro;
hágase tu presencia, así en la mesa,
como en el suelo;
no nos dejes caer en la municipal y
líbranos de la cirrosis y la cruda. Salud”2
1 http://www.apostor.org.ar/biblioteca/autor_libros.php?id=70
P Ernesto Giobando oraciones para las personas mayores
2http://www.mexicoarmado.com/temas-generales-y-humor/32586-una-oracion-de-la-cerveza.html
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