miércoles, 10 de julio de 2013

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ


EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

YA NO SERÁN CABRITOS… ¡SINO CAONES!

Por Ramón Durón Ruiz

E

l brillante escritor y dramaturgo español Antonio Gala, afirma: “La dictadura se presenta acorazada, porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.”

En nuestra Patria la democracia ha vivido una prueba más… Y HA CONVENCIDO a los mexicanos que el camino de la democracia se da en la civilidad y la concordia.

México es un país de transición desde la Independencia, para lograr la emancipación de España, en donde gracias a nuestros insurgentes logramos tener una patria con identidad propia.

En la Reforma, transitamos de un pernicioso centralismoa la República y a un Estado laico.En la Revolución de 1910, transitamos de la centralización del poder en Porfirio Díaz, a la síntesis de la voluntad popular expresada en la Constitución, pasamos de los caudillos… a las instituciones.

En 2000 transitamos de un viejo, como obsoleto presidencialismo, en el que el presidente era: Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Jefe del Partido yJefe de las Fuerzas Armadas, a una transición democrática en la que el eje de la vida nacional–como en la Constitución de Apatzingán– parte del Poder Legislativo.

Nuestra transición democrática en el año 2000 maravilló al mundo, porque no fue pactada por los actores políticos, fue democráticamente votada, contando con un apoyo ciudadanocasi plebiscitario.

Durante 12 años hizo falta que los actores políticos nacionales dieran resultados quesatisfacieran la vida nacional, con las grandes reformas que nos insertasen con éxito en la globalidad.En 2012, con una  percepción social de que los resultados no estaban a la altura de nuestra democracia,llegó de nuevo la transición.

En 2013 hay regiones en México en donde las instituciones caminan al filo de la navaja, por ello más que nunca se requiere respetar la rica participación ciudadana, que pacíficamente se expresó en las urnas, que los violentos aprendan a ser tolerantes.Tolerancia es madurez, es oficio político, es sabiduría, es el santo y seña de nuestros tiempos, la “tolerancia en nuestra democracia es política y éticamente obligatoria.”1

Las primeras elecciones en este sexenio, han convencido y superado satisfactoriamente las expectativas ciudadanas; en este proceso se eligieron, en 14 Estados: 441 diputados locales, 1,348 Ayuntamientos, un gobernador en el estado de Baja California, y una elección extraordinaria de diputado local en Sonora. 

Millones de mexicanos fuimos a las urnas en una paz constructiva y creadora, porque somos una sociedad enriquecida por los valores que proveen la familia y la historia, con un régimen democrático que se ha construido a golpe de cincel y de martillo, que nos lleva a solicitar a nuestros políticos que entiendan que el conflicto no entusiasma al electorado y que las diferencias se diriman civilizadamente.

Para el viejo Filósofo de Güémez, en las elecciones del pasado 7 de julio, a pesar de un marcado abstencionismo, no hay vencedores ni vencidos, hay, SÍ, un gran ganador: México, que con sus valores democráticos hizo que prevaleciera la civilidad frente al conflicto, porque a pesar de viejos vicios con los que se buscan vulnerar nuestra democracia, de intentos fallidos de violencia y de operación carrusel, que forman parte de la “genética democrática” de nuestros partidos políticos, las elecciones se desarrollaron en paz, la voz ciudadana se expresó en las urnas; sólo resta a los partidos demostrar su madurez política y aprender a acatar los resultados. 

El viejo Filósofo quiere que con las autoridades que democráticamente hemos elegido, no suceda lo que narra la anécdota del sabio y pícaro general revolucionario Álvaro Obregón, que:“siendo presidente, él y su esposa María, se hicieron amigos del embajador argentino y su esposa. Cuando llegó la orden al embajador de regresar a Argentina, su señora ofreció una cena para despedirse de la familia Obregón, con platillos a base de cabrito, como es tradición en las Pampas.

Muy condescendida la señora veía cómo el general Obregón degustaba el cabrito y solicitabale sirvieran más, entonces ofreció al presidente:

—Cuando lleguemos a Argentina, enviaré cabritos para que los prepare el cocinero de la embajada y se los mande a su domicilio.

Obregón,con su fina picardía, exclamó:

—Me parece un poco difícil, señora.

—¿Por qué general? –Preguntó extrañada la esposa del embajador.

—Porque cuando salgan de Argentina los animales van a ser unos cabritos, pero cuando lleguen a México, ya no serán cabritos…¡sinocaones!”

1. http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/colecciones/ciudadania/tolerancia_y_democracia.htm#11

filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook: filosofoguemez/Twitter: @filosofoguemez

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